

En el ciclo 60.000 de la Nueva Era comenzaron extraños y terribles rumores que decían que los desendientes de aquellos anarquistas magóginos, habían mutado hasta adaptarse a las inhumanas condiciones del mundo exterior.
Las historias de terroristas de la postguerra, pronto se transformaron en aterradoras leyendas de gigantescas y aberrantes criaturas que cohabitaban con hordas de humanoides sangrientos que se devoraban entre sí. Incluso, se hablaba de una nueva y peligrosa civilización que había surgido cerca de Edén Norte. Aquellos relatos que se esparcieron de boca en boca, sembraron en los ciudadanos edénicos un inconsciente y silencioso miedo ante impalpables amenazas que acechaban desde mas allá de los Edenes.
En el ciclo 70.542 de la Nueva Era, en Edén Sur se registra el primer contacto con un incomprensible enemigo invisible.
...y nunca debemos olvidar que nuestra gloriosa civilización fue erigida sobre la sangre
de nuestros soldados, por los héroes anónimos que lucharon contra la infamia de perversas
naciones celosas de la grandeza de nuestros ancestros de la Coalición.
¡Qué quede sellada en la historia la aplastante victoria de nuestras fuerzas armadas!
¡Qué las ruinas que cubren la superficie queden como testimonio de lo que
ocurrirá a cualquiera que se atreva a amenazarnos!
¡Síentanse los más afortunados por ser edénicos!
¡Enorgullézcanse siempre de ser edénicos!
¡Amen y enaltezcan a su ejército que los protege!
¡Alégrense, pues la humanidad ha construido el Paraiso!
Crónicas Bélicas,
Último versículo
MÁS ALLÁ de
LOS EDeNES...
Por mucho tiempo, para los habitantes de los cuatro Edenes, el mundo que existe más allá de sus fronteras no era mas que un lugar inhóspito, devastado por la guerra. Sin embargo, aunque los infructuosos y desesperados atentados de los sobrevivientes del Magog dejaron de suceder alrededor del ciclo 20.000, a los ciudadanos se les siguió inculcando que debían estar preparados ante eventuales ataques por parte de estos terroristas magóginos.